El tercer acto de Demi Moore Después de su aclamada participación en La Sustancia, junto a Margaret Qualley, y dirigida por Coralie Fargeat, la reconocida actriz parece haber encontrado el camino de la redención, mismo que bien podría llevarla a alzar un Oscar.
En la década de los 90: Demi Moore se convirtió en una de las principales estrellas de Hollywood y, en su momento, en la actriz mejor pagada en la meca del cine. Lo mismo enamoraba y conmovía a todos con su angelical rostro en la película Ghost.
- la sombra del amor, que generaba interminables discusiones de sobremesa por su papel en el filme Una propuesta indecorosa.
- Su filmografía terminó por posicionarla entre las figuras más destacadas del Brat Pack, un grupo de jóvenes actores, entre los que estaban
- Emilio Estévez y Rob Lowe, que, en los años 80, con frecuencia aparecían juntos en distintos filmes de corte juvenil.
- Pero su trayectoria no siempre fue ascendente. Su aparición en Striptease, o su rapado frente a la cámara en G.I. Jane, no convencieron a la crítica.
- Con el paso de los años, parecía que su nombre ya no era un imán de taquilla.
Moore empezaba a ser víctima del mensaje explícito que proyecta La sustancia, cinta de body horror, con la cual la actriz (nacida en Roswell, Nuevo México) parece resurgir para mostrarle al mundo y a la industria del cine que,
en plena madurez y con 61 años de edad, es capaz de reinventarse y demostrar que su talento traspasa los límites de un rostro hermoso y un cuerpo perfecto. Durante una conferencia de prensa en la que se presentó la película dirigida por la francesa Coralie
Fargeat, su compañero de reparto, el actor Dennis Quaid, no dudó en declarar: “Es asombroso estar aquí para ver el increíble tercer acto de Demi”.
A pesar de que ella misma: no lo considera un regreso a la pantalla grande porque, asegura, nunca se ha ido, no son pocas las voces que asocian su nombre con una posible nominación, en la categoría de Mejor Actriz, en la próxima entrega del Oscar.
Ésta es una posibilidad que no suena lejana después del exitoso recibimiento y la ovación de casi 10 minutos que mereció La sustancia, al presentarse en la pasada edición del Festival de Cine de Cannes, en donde obtuvo el premio a Mejor Guion.
“Estoy en un momento de mi vida en el cual mis hijas ya han crecido y ahora puedo concentrarme en mi propia autonomía. Eso es realmente emocionante”, confiesa Demi Moore, en exclusiva para Forbes Life, el único medio de comunicación en México que tuvo acceso a una entrevista con ella y la coprotagonista del filme, Margaret Qualley.
SIEMPRE PERFECTAS: ¿Has soñado con ser una versión mejorada de ti mismo? Es una de las preguntas que resuenan en La sustancia y que inquieta a Elisabeth Sparkle, una ex estrella de primera línea quien, al cumplir los 50 años,
- se enfrenta, en forma repentina, al despido de su exitoso programa de fitness transmitido por televisión.
- El papel no podría haber sido interpretado de manera más intensa y convincente que por Demi Moore. La actriz ha mencionado en repetidas ocasiones que, por fortuna, ella no es como su personaje,
- Elisabeth Sparkle. Su presencia en la pantalla refleja, con veracidad, a una mujer enfrentada a la despiadada demanda de la industria del entretenimiento por mantenerse siempre joven y perfecta.
“La primera vez que leí el guion [de La sustancia] lo vi como un reto para salir de mi zona de confort y como una oportunidad para ser mejor persona y, espero, una mejor actriz” Demi Moore Por ello, el personaje se
deja seducir ante la tentadora promesa que lanza una nueva y misteriosa droga llamada “la sustancia”: sólo se necesita una inyección para renacer, temporalmente, en una hermosa veinteañera.
A través de esta historia, la directora y guionista de la película hace un sólido pronunciamiento en contra de la constante presión social a la cual son sometidas muchas mujeres por desafiar el inevitable paso del tiempo. “Se trata de empoderar a las mujeres para que no sientan la presión de estar a la altura de los estándares de belleza de otros”, asegura
Margaret Qualley: quien da vida a Sue, la versión “mejorada” del personaje interpretado por Moore y que representa la perfección física. Agrega que esta obsesión por la belleza eterna también depende de las circunstancias de cada persona: “Mientras más autonomía tengas como mujer y más poder, menos preocupada estarás por eso”.
Sin embargo, como remarca Moore: en el filme, la más joven termina por repetir el patrón en busca de la validación externa. Ella resalta que esta constante demanda por la belleza ha cambiado en los últimos 10 o 15 años de una manera bastante dramática.
- “Creo que vemos mucha más diversidad. Los roles de mujeres abarcan todas las perspectivas y, por lo mismo, son más complejos y no
- están sólo relegados a ser la madre o la esposa. Espero que esta película contribuya a ello”, afirma la estrella de Hollywood.
- Fue esa idea la que la empujó a participar en este filme, en el cual el espectador la verá transformarse en un monstruo… en el sentido literal de la palabra.
“La primera vez que leí el guion, lo vi como un reto para salir de mi zona de confort y como una oportunidad para ser mejor persona y, espero, una mejor actriz”. El reto actoral la llevó a emocionarse, sí,
pero también le mostró una nueva forma de profundizar en un tema por demás interesante y vigente para ella. “Era arriesgado, en el mejor sentido”. Después, estaba el tema de la gente con la que iba a trabajar, lo cual la terminó de convencer, puesto que, junto a su coprotagonista, necesitaba encontrar la complicidad y seguridad que halló en
Margaret Qualley, a quien hemos visto en películas y series como Las cosas por limpiar o Había una vez en Hollywood, encarnando personajes que ya la proyectan entre las mejores actrices de su generación. EL TRASFONDO Uno de los momentos más dramáticos de la historia se suscita cuando
Elisabeth (en un intento por aceptar su propia circunstancia de vida y reafirmar que así puede seguir gustándole a alguien) busca tener una cita romántica con un excompañero de clase. Sin embargo, mientras se arregla para salir en la noche, comienzan a brotar todas sus inseguridades.
Para Qualley, esta escena muestra el dolor que surge al compararnos con las demás personas: “Es desgarrador darse cuenta de que, a veces, eres tu peor enemigo”, señala. En eso concuerda Moore, quien agrega: “Para mí, también ilustra lo violentos y duros que podemos ser con nosotros mismos.
No se trata de lo que le están haciendo [a su personaje], sino de lo que ella se hace a sí misma”.
Con el estreno de la película: la cual estará disponible en el catálogo de MUBI, el púbico presenciará el renacimiento de una actriz célebre que, durante el siglo XXI, no había tenido un marcado éxito en el cine, pero que hoy muestra su evolución y, armada con la experiencia que otorgan los años, demuestra
que puede sorprender a una industria donde una historia de reinvención como la suya bien podría terminar sumándole galardones otorgados por la crítica especializada. Aún falta un tramo para confirmar si esto ocurre. Mientras, la actriz parece haber encontrado un camino de redención cinematográfica que anticipa nuevos retos de gran calado.
Hace poco tiempo: la misma Demi Moore reflexionaba, ante los medios de comunicación, después de aparecer en una escena de la película Los Ángeles de Charlie vistiendo traje de baño, “cuando ya tenía 40 años y era madre”. Aquel pasaje le hizo cuestionarse, por vez primera, si en el futuro habría para ella un lugar destacado en la industria del cine. Años después, La sustancia parece haber despejado sus dudas.
- Fotógrafo: Greg Swales
- Hair: Jesús Guerrero
- Makeup: Francesca Tolot
- Styling: Brad Goreski