El Congreso evita un cierre del Gobierno pero le deja “un gran lío” a Trump y los republicanos en 2025 Otra ley de financiación. Una extensión del límite de deuda. Proyectos de ley sobre inmigración e impuestos. Nombramientos.
Trump intentó presionar al Congreso para que le quitara de encima el techo de deuda, pero fracasó. El Congreso llegó a un acuerdo de última hora para evitar un cierre del Gobierno durante las vacaciones, pero en el proceso, alargó la extensa lista de tareas pendientes para el primer año de la segunda Administración del presidente electo Donald Trump.
La ley de financiación mantiene abierto el Gobierno hasta el 14 de marzo. Aunque los republicanos controlarán la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, volverán a necesitar los votos demócratas para impedir un cierre en menos de tres meses.
Además, la exigencia de Trump de que el Congreso amplíe o suprima el techo de deuda para quitárselo de encima el año que viene fracasó de manera estrepitosa. El miércoles, amenazó con impugnar en las primarias electorales a “cualquier republicano” que votara a favor de financiar el Gobierno sin abordar el límite de deuda.
El viernes, 170 republicanos de la Cámara de Representantes lo desafiaron e hicieron exactamente eso. La agitación de la semana anticipa el caos legislativo que se vivirá en Washington durante la nueva gestión de Trump, cuando el presidente entrante se enfrente a una amplia gama de grandes plazos y ambiciones.
El senador Ron Johnson, republicano por el estado de Washington, dijo que los republicanos cometieron un error al aplazar la financiación hasta el 14 de marzo, y que en su lugar deberían haber aprobado un proyecto de ley provisional hasta finales del próximo mes de septiembre para dejar vía libre a la agenda de Trump.
“Creo que es una estupidez”, dijo sobre el nuevo plazo. “No me pidan que explique o defienda esta decisión”. El representante Andy Barr, republicano por Kentucky, dijo a última hora del viernes que la “lección” de los últimos días es: “La unidad es nuestra fuerza. La desunión es el enemigo de la causa conservadora”.
Aconsejó a Trump y a su equipo que eviten esa situación en el futuro presentando las demandas legislativas “pronto” para que el Partido Republicano pueda “airear las diferencias que haya” mucho antes de una fecha límite.
“La Cámara necesita comunicarse dentro de nuestras diversas facciones”, dijo Barr. “La Cámara necesita comunicarse en detalle con el líder de la mayoría [entrante en el Senado] [John] Thune, y tanto la Cámara como el Senado deben comunicarse con la Administración”.
En los últimos cuatro días, la comunicación ha sido especialmente deficiente. Un día después de que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, diera a conocer un acuerdo bipartidista inicial,
Trump y su aliado multimillonario Elon Musk lo echaron por tierra. Johnson formuló tres versiones de su plan para evitar un cierre, y finalmente lo consiguió tras rechazar la exigencia más importante -y de última hora- de Trump.
“Estoy preocupado”, dijo el senador demócrata Gary Peters, que se enfrenta a la reelección en 2026. “Obviamente, hemos visto este tipo de caos durante los últimos dos años. Así que espero que esto continúe en los próximos dos años y probablemente empeore aún más”.
El jueves por la noche, el representante Derrick Van Orden, republicano por Washington, restó importancia a lo que calificó como un “proceso desarticulado”,
diciendo que es una forma natural para que los republicanos de la Cámara y el equipo de Trump entiendan “cómo comunicarse entre sí”.