El Departamento de Seguridad Nacional anuncia “el final del abuso” del programa de ‘parole’ humanitario para migrantes Trump ordenó acabar con el CHNV, que beneficia a venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses. La nueva directiva sin embargo habla de “regresar a un análisis caso a caso”.
El nuevo secretario en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, firmó este lunes una directiva que en principio parece restringir e incluso conducir a la eliminación del programa de parole humanitario.
(CHNV, por su nombre en inglés) que brindaba una vía legal de entrada a Estados Unidos a los inmigrantes cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos. La directiva, anunciada este martes aunque se firmó un día antes, justo tras la investidura como presidente del republicano Donald Trump, “acaba con el amplio abuso del parole humanitario y devuelve el programa a un sistema de caso a caso”.
“El Gobierno de [Joe] Biden y [Kamala] Harris abusó del programa de parole humanitario para permitir de forma indiscriminada la entrada a nuestro país de 1.5 millones de migrantes. Esto ha sido frenado en el primer día de la Administración Trump”, agregaba el comunicado.
Hasta finales de 2024 habían entrado con el programa CHNV, con permiso de 2 años de residencia y trabajo, 110,240 cubanos, 211,040 haitianos, 93,070 nicaragüenses y 117,330 venezolanos, según cifras del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés), que afirmaba en su web que las decisiones se tomaban ya “caso a caso”.
Trump firmó una orden ejecutiva el lunes en la que decretaba el fin de todos los programas de parole que sean contrarios a las políticas de Estados Unidos establecidas en sus decretos presidenciales, incluido el CHNV.
La directiva anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional no especifica sin embargo a qué programa en concreto se refiere cuando habla de volver a un sistema de caso a caso; sí agrega que el servicio de Inmigración y.
Control de Aduanas (ICE, en inglés) y la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza “finiquitarán cualquier programa que no se ajuste a la ley”. El programa CHNV lo puso en marcha el entonces presidente, Joe Biden, en octubre de 2022 para migrantes venezolanos, y en enero de 2023 se amplió a cubanos, haitianos y nicaragüenses.
Biden anunció el pasado mes de octubre que no prorrogaría los dos años de permiso humanitario a los beneficiarios. Aquellos que fueran perdiendo el beneficio gradualmente al expirar su plazo deberían encontrar otra protección o abandonar el país.
Más de 2.6 millones de migrantes de Haití, Nicaragua, Venezuela y Cuba habían solicitado hasta julio de 2024 la entrada a través del programa; restando así el más de medio millón que había llegado ya al país, otros dos millones estaban esperando permiso para entrar.
Michel Bérrios abandonó Estados Unidos poco antes de año nuevo, sin esperar a conocer las medidas migratorias de Trump, según informó la semana pasada la agencia de noticias The Associated Press. Bérrios, exlíder de un movimiento estudiantil en Nicaragua,
se encontraba en Estados Unidos legalmente y le quedaba casi un año del parole humanitario, pero la retórica de Trump la llenó de recuerdos angustiosos de cuando escapaba del régimen en su país. Defensores y expertos de inmigración señalaron que la decisión de.
Bérrios de abandonar el país pese a su estatus legal mostraba cómo la incertidumbre y las amenazas estaban llevando a un número cada vez mayor de personas a irse antes incluso de que Trump asumiera. Este lunes Trump puso fin también a la app CBP One, creada por Biden y que había permitido a casi un millón de personas ingresar al país legalmente por la frontera con derecho a residir y trabajar.
La app era popular entre los migrantes pese a que sorteaba sólo 1,450 citas al día para cruzar la frontera legalmente y solicitar asilo. Tanto el CHNV como la CBP One habían contribuido a frenar el éxodo de solicitantes de asilo a la frontera durante el mandato de Biden,
que sin embargo, presionado por la opinión pública y la retórica de Trump, decidió suspender este derecho y sellar la frontera al asilo a partir del pasado verano cuando las llegadas superaran una media de 2,500 diarias.