Las amenazas de Trump y la imposibilidad de sustituir socios comerciales Sustituir un socio comercial por otro o romper un acuerdo comercial ya establecido y que lleva funcionando 30 años es casi imposible sin causar estragos en economías tan integradas como la de Estados Unidos con México y Canadá.
En la última semana del mes de noviembre, Donald Trump en su calidad de presidente electo de Estados Unidos ha informado que una de sus primeras acciones será imponer un arancel del 25% a todos los bienes que lleguen de.
Canadá y México si no frenan el tráfico de drogas y la migración que intenta llegar a su país. Aunque la medida puede resultar popular en amplios sectores de la población estadounidense, su implementación no es sencilla, ya que,
eso implica desmontar cadenas productivas ya establecidas para varias industrias, buscar nuevos proveedores de bienes primarios o comenzar a producirlos y perder peso en el ámbito internacional a través del comercio exterior.
Sustituir un socio comercial por otro o romper un acuerdo comercial ya establecido y que lleva funcionando 30 años es casi imposible sin causar estragos en economías tan integradas como la de Estados Unidos con México y Canadá.
Para el caso estadounidense, ellos dependen en gran medida de México al momento de ensamblar cualquier tipo de autos, ya que, de acuerdo con el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías,
de todas las autopartes que Estados Unidos compra en el exterior para finalizar el armado de un vehículo, el 45% de esos insumos provienen de México. Por tanto, imponer un arancel del 25% a esas mercancías implicaría encarecer el precio final de cualquier auto y, por ende,
perder mercado en el comercio mundial de ese bien. Si pensamos en bienes primarios, de acuerdo con el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías, las exportaciones de esos bienes de México a Estados Unidos crecen a un ritmo de 8% de forma anual,
teniendo a la cerveza, aguacate, carne de bovino y jitomate como los productos estelares, por lo que un arancel de 25% a esos bienes llevaría a un proceso inflacionario en Estados Unidos que impactaría a los consumidores de ingresos medios.
Si la imposición del arancel se mira desde la economía mexicana, el escenario tampoco es favorable, ya que, en el corto plazo no existe un país que pueda surtir de cereales, maquinaría, equipo eléctrico, farmacéuticos, lácteos y combustibles a México a un precio preferencial, tal como ocurre hoy.
En caso de que en el mediano plazo China tome ese lugar como principal exportador a México de las mercancías ya mencionadas, el problema no se solucionaría por completo, ya que,
las mercancías mexicanas que hoy se venden a Estados Unidos seguirían sin encontrar un nicho donde ser colocadas. China no está organizada económicamente para comprar manufacturas a países como México, ya que, ellos son autosuficientes en ese tema,
por lo que los empleos generados en esas actividades correrían serio peligro de perderse en zonas como el bajío o la frontera norte. La noticia de los aranceles y su posible implementación en Estados Unidos debe leerse como la principal estrategia de Trump para negociar el tema migratorio y obligar así a Canadá y .
México a cerrar fronteras e incrementar el gasto en inspecciones en aeropuertos, puertos y carreteras, así como recibir a las personas deportadas de Estados Unidos, por lo que el tema comercial dictará el rumbo de lo migratorio.